jueves, 30 de octubre de 2008

Mobbing

Me he estado informando sobre el acoso psicológico en el lugar de trabajo y es un tema mucho más complicado de lo que parece. Aunque estés seguro de sufrirlo si no puedes presentar pruebas todo se queda en agua de borrajas.
Las pruebas, en este tipo de casos, no son otras que los testigos y nadie (o casi nadie) está dispuesto a comprometer su puesto de trabajo para mezclarse en un asunto así.
Al final, el acosador acaba saliéndose con la suya. Logra que desees abandonar un trabajo que te has ganado a pulso y que te mereces por derecho propio.
Y todos los que lo saben miran para otro lado o se limitan a ofrecerte un apoyo verbal que de poco o nada sirve.Al final, estás solo.
Todo se reduce a "es tu palabra contra la suya". Los consejos que se reciben son del tipo: si has aguantado x, sigue aguantando. O: negocia tu despido. O: no te metas en líos con la crisis.
Te llevas muy bien con tus compañeros, trabajas estupendamente en equipo, te preocupas por el desarrollo de los demás, empatizas con los problemas laborales de los otros, caes bien sin esforzarte gran cosa... Y resulta que esa es precisamente la personalidad tópica de la víctima en los casos de psico-terror en el trabajo.
Y hay días que te indignas y quieres luchar y días, la mayoría, que aceptas que has perdido y lo único que quieres es volver a dormir bien y perder de vista una situación que te genera estres durante ocho o diez horas al día.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Días de agua

Es el rastro del agua el que persigo.
Allí busco el futuro cuando encienden
las noches sus rincones de miseria.

Tengo relojes rotos en el vientre.
En los ojos los números del miedo.

Y en la piel se me posan los relatos
de un hambre que se pega a la garganta.

Noche

La noche no sucede en las ventanas.
Espera que la llame tu silencio
para empezar a ser
el destino que apaga las ciudades.
La sombra que se duerme sobre el mundo.

Mi crisis particular

No hay manera de ahorrar. Llevo todo el mes yendo a trabajar en autobús, sin casi salir, sin mirar ropa, he prescindido hasta de la peluquería, y va y se rompe la caldera justo el día que bajan las temperaturas en Madrid a siete grados. Me río de todo porque no queda otra. Me había propuesto ir al fisio una vez cada quince días para no dejar que mi espalda me siga provocando insomnio pero me temo que tendré que resignarme a las contracturas de por vida... Intento llevar con buen ánimo el panorama que se me presenta pero tal vez no sea tan gracioso. Mi empresa va a despedir a la mitad de la plantilla a finales de año y dada la relación nefasta que tengo con mi jefe lo más probable es que me encuentre en esa lista. Nunca he estado en el paro. Será una experiencia nueva. Curioso: estoy cero asustada. Incluso a ratos me atrae la idea...
 

sábado, 18 de octubre de 2008

Lo que hacemos a diario

Llevo meses esperando quedarme sin trabajo. Puede sonar a disparate en los tiempos que corren tener ese deseo.
Pero sueño con un año sabático, con una estancia prolongada en Marruecos... con la libertad de disponer de mi tiempo un lunes o un jueves.
Con abandonar el mundo empresarial al que nunca debí dedicarme porque siempre he sido consciente de sus muchísimas miserias, de la clase de tipos y tipas que lo habitan... De cómo se pierde siempre la batalla si intentas transformar lo inevitable y hacer del trabajo un lugar cálido.
Lo que hacemos a diario nos marca a fuego. A veces nos vuelve mezquinos y nos obliga a participar de la mediocridad.
Nos convierte en lo que nunca quisimos ser... La vida es demasiado corta para perder el tiempo siendo un número.



La belleza es un lugar

Quise llegar allí donde el miedo no habita
- ni la edad de las sombras,
ni las fechas-.

Quise ganarle al vértigo
y subirme en zapatos de tacón
para alcanzar la luna.

Pero hay demasiadas mujeres como yo,
más altas, más valientes.

Y sólo estuve dónde no vive la belleza.

miércoles, 1 de octubre de 2008

No sé si odiar es malo

Detestar es una palabra grande, inmensa... desagradable, incluso. Quien más y quien menos se ha criado en la cultura "cristiana" que condena los malos sentimientos... poner la otra mejilla y esas cosas... Yo estudié con monjitas, soy una víctima de éso. Pero siempre recuerdo lo que una vez me dijo un amigo: a la gente hay que devolverle lo que te da multiplicado por dos (como mínimo). Si te da un abrazo, tú le das dos, si te da una patada en el trasero, tú otras dos.
No atravieso buen momento, sobre todo buen momento laboral. Durante diez horas al día mi vida es un infierno en el que detestar se ha convertido en el sentimiento protagonista.
Por primera vez le deseo el mal a alguien... detesto, odio y sé que el odio es un sentimiento inútil pero a veces libera.